NO ME AVERGÜENZO

La vergüenza es un resultado del pecado. Vivimos en un mundo caído, lleno de personas quienes desean profundamente de liberarse de su vergüenza y su pecado. Ellos tratan de ahogar su vergüenza por sus obras y logros, o celebran el pecado y pretenden que la vergüenza es artificial. A pesar de sus intentos, no encuentran alivio. Es porque solo el Evangelio puede eliminar nuestra vergüenza verdaderamente y permanentemente, mostrándonos la obra terminada de Jesucristo y llamándonos al arrepentimiento de nuestros pecados.
Es sólo entonces que una persona—perdonada de pecado y liberada de la vergüenza—puede vivir con audacia. Ahora no nos avergonzamos de nuestra identidad en Cristo, no nos avergonzamos de seguir a Jesús, no nos avergonzamos de nuestro llamado, y no nos avergonzamos de predicar la Palabra de Dios.
¿Cómo parecerá el mundo si una generación de cristianos se levanta y declara que “NO ME AVERGÜENZO” de Jesucristo y su Evangelio?
Únete con cientos de estudiantes a través del país mientras nos reunimos para declarar con valentía que no nos avergonzamos de un Dios que nos ama demasiado como para estar avergonzado de nosotros.

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